Caperuza y el Lobo - TREINTA Y SIETE - Zaslove, La Maldita Roja

viernes, 30 de agosto de 2019

Caperuza y el Lobo - TREINTA Y SIETE


—¡Adriel! Explícame qué relación tienes con esa bruja.

Aunque no había sido una orden y de ninguna manera Cirse lo había obligado, Adriel decidió salirse de la casa en cuanto ella lo corrió y Myrcella había salido detrás de él.

Volteo a ver a su tía, quería responderle, pero no podía poner en orden sus pensamientos y emociones. Estaba enojado, asustado y se sentía excesivamente culpable. Jamás quiso provocar que Cirse sufriera, habían tenido una pelea, pero jamás se imaginó todo el daño que él le había causado.

Sin embargo, eso no significaba que ella le pudiera hablar de esa manera enfrente de su gente, aunque por suerte solo estaba su tía presente.

—Tengo una relación con ella— le respondió escuetamente y Myrcella se quedó sin aire.

—¿Sabes el peligro en el que nos has puesto? ¡Ella es una bruja!

—¡Ella nos salvó!

—Y nos puede destruir. Ella puede mandar sobre todos nosotros.

—Ella no haría eso.

—¡No lo sabes!

—¡Lo sé! Ella no es mala.

—La manada jamás lo va a aceptar.

—Es mi decisión, no de nadie más.

—La manada te va a abandonar si lo haces. ¡Eres igual a tu padre!— Eso hizo explotar a Adriel, quien golpeó un árbol y lo rompió, causando un gran estruendo.

—No puedes decirle a nadie de esto, te lo ordeno como tu alfa— gruñó detenidamente—. Ella vino y se sacrificó por nosotros, aunque no me debía nada. Y lo sé, es la manada o ella, no tienes que decírmelo.

—Tu familia o una bruja.

—Te veo en la cena— dijo secamente Adriel y Myrcella se fue.

La vista del Lobo se dirigió a la casa que acaban de abandonar y entre los árboles vio a Cirse, estaba a unos metros de él, había cubierto su olor con magia. Dio unos pasos en su dirección y cuando se aseguró que ella no se iba a ir terminó de desaparecer la distancia que había entre los dos.

Cuando estuvo frente a ella, vio fijamente sus ojos negros, que no transmitan nada. La extrañaba tanto, aun teniéndola frente a él.

—Perdón— le dijo mientras acariciaba su mejilla.

—Perdón también, no debí gritarte.

—No te preocupes. Lo entiendo— dijo y ella se alejó de él.

—Te veo en la cena.

Adriel la vio alejarse y se sintió como un monstruo, que cada vez que estaba a su lado perdía el control. 

ZAZLOVE, LA MALDITA ROJA 
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2 comentarios:

  1. 😱 Roja! me has regalado tan poquito de este capitulo 😞

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  2. Esto esta cada vez más intrigante. Ya quiero saber que va a pasar en la cena 😍😍😍😍😍

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