Caperuza espero toda
la noche a que Adriel despertara; sabía que estaba bien, ya que lo había
revisado con su magia y lo poco que había aprendido de su abuela, sin embargo,
estuvo todo el tiempo nerviosa.
Poco antes de que
amanecería, mando un pequeño espíritu del bosque a buscar a Louis, quien no
tardó en llegar, ella lo hizo pasar y ambos se quedaron en la sala.
—¿En dónde está tu
novio?
—Allá arriba,
inconsciente— el lobo hizo una mueca de sorpresa y justo cuando iba a decir
algo al respecto, Cirse lo interrumpió—. Ni te atrevas. Curó mi brazo, bebí de
su sangre, pero tal vez fue demasiada y ahora no despierta. Está bien, ya lo
revisé, pero tengo miedo de que alguien llegue y piensen mal.
—Muchos siguen en la
fiesta, yo seguía en la fiesta y me interrumpiste, así que no creo que nadie
venga. Entonces, ¿tu brazo ya está bien?
—Sí, dolió
mucho.
Cirse notó un drástico
cambio en el humor y actitud de Louis, quien normalmente era relajado y
bromista, se acercó a ella y la vio a los ojos.
—¿Te vas a quedar
aquí?
—No, no puedo
quedarme.
—Cirse, debes ser
honesta. Noté la marca desde que te conocí, ahora sé que te la hizo Adriel. Tú
no eres una loba, pero para nosotros es algo muy significativo— sin notarlo,
ella se tocó el lugar de la marca—. No creo que él te quiera dejar ir…
—No es su
decisión.
—Lo sé, pero yo
necesito saber que realmente te quieres ir, porque si me meto por ti y luego
decides quedarte, me voy a enojar contigo.
Ella sabía que el
hecho de que Louis se enojara no significaba nada, sin embargo, el lobo le caía
bien y no quería meterlo en problemas por ser indecisa.
—Cirse, piénsalo—
dijo y tomó su mano— y respóndeme al rato. Nosotros nos vamos en la noche, aún
tienes tiempo.
—Él no puede estar
conmigo.
—¿Te dijo eso?
—Hace tiempo me pidió
que lo esperara, le dije que no. No me puedo quedar— Cirse notó que Louis le
quería decir algo más, pero no lo hizo—. ¿Qué?
—Esta relación te va
a terminar matando.
Cirse se quedó
pensando en las palabras del lobo y no eran tan descabelladas como ella
quisiera, al final su familia siempre tenía finales trágicos y tristes cuando había
amor de por medio.
En ese momento deseó
tanto que su madre estuviera con ella y le pudiera dar un consejo, sin embargo,
hace mucho que eso era imposible. Su alma había sido condenada y ni ella podía
acceder al plano en el que se encontraba. Aunque, para ser sincera no estaba
segura de que ella o alguien más de su familia le pudiera dar una respuesta
acertada a su dilema o no al menos lo que ella le gustaría oír.
Volvió al cuarto
de Adriel y aprovechando que seguía dormido, se dio un baño, eso siempre la
ayudaba a pensar. Se metió a la tina y por primera vez en mucho tiempo, se
quitó el collar rojo que su abuela le había dado.
Sintió un piquete de
dolor y luego todo fue calma. Es porque estoy con él, concluyó.
Empezaba a quedarse
dormida cuando Adriel entró al baño y busco por todas partes, logrando asustar
a Caperuza.
—¿En dónde está?—
preguntó lo más calmado que pudo.
—¿Quién?
—Louis, puedo
olerlo.
—Ah, vino hace rato,
pero ya se fue. No despertabas y me preocupe.
De inmediato, el Lobo
se relajó y centró su atención en Cirse, quien estaba desnuda frente a él. Sin
pensarlo dos veces se empezó a quitar la ropa.
—No te atrevas…— se quejó
Caperuza, pero Adriel entró en la tina y la movió para acomodarse detrás de
ella.
El Lobo movió el
cabello de la bruja, para besar su cuello y espalda, sin prisa, ni decir
nada.
ZASLOVE, LA MALDITA ROJA
Derechos Reservados
Gracias Roja muy buen capítulo👍👍👍👏👏👏
ResponderBorrarMe encanta leerte 😍🥰🥰
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