Caperuza y el Lobo - QUINCE - Zaslove, La Maldita Roja

martes, 14 de mayo de 2019

Caperuza y el Lobo - QUINCE




—Hola Adriel.

El viaje duró dos días, pero el Lobo logró llegar al Bosque de las Hadas, para ver a su vieja amiga Maléfica.

La hada lucia tal y como la recordaba, de pálida piel, con dos cuernos que salía de su cabeza y un largo cabello azul oscuro. Ella reinaba en el bosque y aunque parecía malvada, no lo era.

—Vengo por tu ayuda— dijo Adriel, no quería dejar pasar más tiempo sin saber que hacer o sin ver a Cirse.

Ella no respondió, solo se le quedó viendo un largo rato y luego le sonrió. En realidad, los dos eran buenos amigos, se habían conocido cuando a Maléfica le quitaron sus alas y él la había ayudado a recuperarlas. No podía ver una injusticia y no hacer nada.

—¿En qué te puedo ayudar Lobo? ¿Por qué luces tan preocupado?

—Necesito información sobre la Bruja Verde, la Bruja Blanca y Elly de Blair.

—¿No pensarás pelear contra ellas?— preguntó alarmada.

—No, sólo quiero saber si son tan malas y crueles como dicen, podría hacer una sociedad con ellas, por el bien de la manada— mintió, Adriel no quería revelar el secreto de Cirse a alguien más. Aunque no consideraba que la hubiera traicionado por contarle a Yul, él era su familia.

—No sé bien sus historias, aunque sé que son familia, madre e hijas, se supone que también hay una nieta, se cree que es la chica del Bosque Encantado, le dicen Caperucita Roja, pero nadie lo sabe bien. De hecho, su parentesco es en sí un secreto que sólo hadas y brujas sabemos.

<<No existe eso de ser malo o bueno, pensé que ya lo sabías, la vida tiene un montón de matices. En el caso de ellas se dice que tienen una maldición de amor, las vuelve locas>>.

—¿Tú qué crees?

—El amor puede volver loco a cualquiera, solo que ellas son poderosas, por el ejemplo, se dice que Elly mató a los niños para salvar a su esposo de una terrible enfermedad. Te preguntó: ¿tú qué serías capaz de hacer por salvar a tu manada o a la mujer que amas?

Inmediatamente, Adriel pensó en Caperuza, el día que la encontró herida tuvo el impulso de ir a matar a la madrastra de Blancanieves por ponerla en peligro, pero la pequeña bruja le había pedido que se quedará con ella y disfrutarán de los días en su casa.

—Todo— respondió el Lobo.

—Lo mismo pasa con la otras dos Brujas.

Maléfica le contó lo que sabía de la Bruja Verde, la historia sobre que había sido traicionada por el hombre que amaba y por eso sufría de una terrible maldición que la hacía perder el control.

Se decía que ella lo había matado y destruido parte de Oz, pero eso no era cierto. En realidad, él seguía viviendo y era rey en algún lugar, aunque era un secreto de que reino.

Mientras que la parte de Oz que se había destruido había sido culpa de él. El hombre utilizó parte del corazón de Aradia para salvar a otra mujer. Eso había causado un gran alboroto que rompió a la bruja y con ello parte del reino.

—Sobre la Bruja Blanca no se sabe mucho, se dice que es muy bondadosa y buena, pero mató de manera muy cruel a Hansel y Gretel. Tú los sabes, los despellejo y amarró frente a su hogar, para que los animales se los comieran vivos.

<<Ellos eran cazadores de brujas, así que supongo que lo hizo porque trataron de cazarla, pero se rumora que mataron a su nieta. Nadie sabe la verdad. Es la más misteriosa. Por ejemplo, también se dice que sus dos hijas son producto de su relación con un demonio y que por eso son más poderosas que ella>>.

—No son malas… — dijo Adriel aliviado.

—No pero no por eso debes confiar en ellas y tú no buscas una alianza, estás enamorado de una de ellas. ¿La Bruja Verde?— él no respondió— Está bien no me lo digas, pero debes de tener mucho cuidado, sobre todos con ellas. Aradia tiene el poder de controlar a los lobos.

El descubrimiento tensó a Adriel. ¿Cirse tendrá el mismo poder? ¿Lo habrá usado en mí?, fueron sus primeros pensamientos.

—¿Ella podría controlarme?

—Sí, pero te darías cuenta por tu parte humana— el Lobo respiro aliviado. Caperuza jamás lo había controlado.

Por insistencia de Maléfica, Adriel se quedó esa noche en el bosque, descanso, comió y a la mañana siguiente partió a casa de Cirse.

—Si necesitas algo sólo manda a una pequeña hada a decirme y yo iré a ayudarte— le dijo la hada cuando se despidieron.

El Lobo regresó lo más rápido que pudo, se sentía más aliviado y feliz; la pequeña bruja no era mala, así que solo se trataba de que fueran felices juntos y jamás habría un problema. Ahora solo tenía que encontrar la manera de que su manada la aceptará.

Sin embargo, cuando por fin llegó, vio a Cirse abrazando a un sujeto en la entrada de su cabaña y el hombre tenía el mismo olor que llevaba la segunda vez que se vieron.

La furia nubló su vista y en su forma de Lobo atacó al hombre.

ZASLOVE, LA MALDITA ROJA
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