Caperuza y el Lobo - CATORCE - Zaslove, La Maldita Roja

lunes, 13 de mayo de 2019

Caperuza y el Lobo - CATORCE




Durante una semana Adriel no volvió a casa de Caperuza, ni supo de ella, aunque pensó en ella cada día.

El Lobo había pensado en volver durante noche tal y como se lo había dicho a Cirse, sin embargo, cuando iba de camino apareció Yul, a quien le contó todo lo que sabía y lo que sentía por la pequeña bruja, en su hogar.

—La manada… pensé que tomarías el mando.

Después de tanto tiempo separado de su manada, al fin los lobos estaban aceptando Adriel, por lo que durante un tiempo él y Yul habían hablado de su regreso como el alfa. Pero no podía regresar a su manada con Cirse de compañera, ella era una bruja y no cualquiera, era poderosa y con familiares malvados. No la aceptarían con ella, aparte de que si se equivocaba, Caperuza podría causar gran daño a su gente.

—Lo voy a tomar— contestó Adriel sin seguridad.

—Pues no lo puedes hacer con la bruja a tu lado, si su familia la involucra en la guerra, todos en la manada podrían morir.

—¡Ellos ya se involucraron solos!—gritó y se paró furioso.

—Decidieron matar a unos cuantos guardias y ya regresaron a la manada— contestó con cautela Yul, debido a que Adriel seguía siendo el alfa entre los dos—. Aparte ellos tomaron la decisión solos, si tú llevas a esa mujer nos pondrías en peligro a todos.

Adriel no quería responderle a su amigo, detestaba que alguien más confirmará sus dudas, ya que no deseaba dejar a Cirse, pero tampoco podía dejar desprotegida a su gente, era su obligación cuidarlos y no cometer los errores de su padre.

Él no creía que Caperuza podía hacer algún daño a él o su manada, sin embargo, la vida le había enseñado que no se podía confiar plenamente en nadie. Yul era el único que gozaba de su plena confianza, siempre lo había acompañado, ni cuando dejó la manada lo abandonó y ahora gracias a él estaba a punto de tomar el liderazgo de los lobos.

—¿Ella vale la pena? Tal vez hizo algo para que te enamoraras— continuó hablando Yul, causando más confusión en Adriel—. Tú no sabes de lo que es capaz, ni siquiera la conoces tan bien…

—La conozco bien y la puedo controlar— gruñó el Lobo con soberbia y su amigo sonrió internamente.

—No, no lo haces. Ni siquiera sabías quien era su familia. ¡Ella es una maldita bruja!

Adriel se enojó tanto que se transformó en lobo y se aventó contra Yul, quien se quedó en forma humana.

—Lo siento— dijo Yul con él las garras de Adriel en su pecho—. Sabes que eres mi hermano, no quiero que pierdas todo por lo que has luchado. Sólo ten cuidado— el Lobo soltó a su amigo y se transformó nuevamente en humano.

—¡Lárgate!— ordenó y Yul se fue sin decir nada más.

Esa noche Adriel se quedó en casa pensando en lo que había platicado con su amigo. No estaba seguro de lo que debía hacer, si ir con Cirse o renunciar a ella. Antes estaba seguro de que podía controlar la situación y a la propia Caperuza si era necesario, pero ahora nada le parecía tan claro.

Ella lo amaba, pero jamás había sido dócil y por otra parte, su familia era realmente malvada, conocida por matar gente sin ningún tipo de remordimiento; hasta su abuela, la Bruja Blanca del Bosque, que era bondadosa, también era tachada de cruel en algunas ocasiones.

A la mañana siguiente, el Lobo salió de su hogar, pero no fue a casa de Caperuza ni a trabajar, se dirigió a ver una vieja amiga al Bosque de las Hadas.

ZASLOVE, LA MALDITA ROJA
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