Él me gusto primero - Zaslove, La Maldita Roja

viernes, 18 de agosto de 2017

Él me gusto primero

¿Se acuerdan de la primera persona que les gustó físicamente? No hablo del primer niño  y que viste y dijiste: “está guapísimo”, sino la primera persona que viste y dijiste: “ la necesito tocar y besar”. Esa que hizo latir tu corazón y te dejó embobada. Esa persona que muy probablemente definió o término de reforzar tus gustos: altura, complexión, tez, color de ojos, personalidad, cabello, estilo y demás características. Yo sí lo recuerdo y aún cuando pienso en él quiero uno de sus besos.

A mí me gustaban dos niños cuando era una niña-puberta, de unos 9-15 años; los tres éramos amigos y ellos eran completamente diferentes, físicamente y en su forma de ser. Pero todo era muy fantasioso y lindo con ellos, y nada paso. Al final uno terminó siendo el amor de la vida de una amiga y el otro gay, y ya no nos hablamos. Pero justo en mi último año de secundaria, conocí a un chico que me encantó desde que lo vi y pensé:


Quiero. Necesito besarlo.


Fue la primera persona que me atrajo de esa manera y sí, se parecía a uno de los niños que me gustaba: al heterosexual. Desde ese momento, me gustan cierto tipo de hombres, al menos a primera vista.

JC, el susodicho, era el primo de una compañera, de la escuela, y lo conocí porque tuve que hacer un trabajo en equipo, con ella; así que fuimos a su casa, después de clases. Él vivía en la misma casa, eran de esas familias, donde todos los tíos y su progenie, viven en un mismo terreno, pero diferentes casas. Fui unas tres veces o cuatro a hacer el dichoso trabajo, no tengo idea de que era.

Sinceramente no sé cómo nos empezamos a hablar, aunque estoy segura de que él me habló primero, porque yo era excesivamente tímida en ese tiempo, mientras que él tenía todo el tipo de chico rudo y un estilo medio rapero. Nunca fuimos novios, es más, después de los cuatro días que pasé en casa de mi amiga, jamás volví a tener contacto con él.

Durante el segundo día que lo ví, íbamos caminando por la calle muy por detrás de su prima y otra compañera. No recuerdo si hablamos o no, o si solo íbamos viendo al suelo como un par de bobos; pero justo cuando pasamos a lado de un camión se detuvo y me besó; y por supuesto como todo buen “chico malo”, me aprisionó contra el camión.

No creo que fuera un beso tan bueno, pero la adrenalina, mi juventud, mi corazón palpitando como estúpido y sentirme como en un escena de televisión; lo hizo un beso perfecto.

Después de otro día de besos, unos más pensando en él, todo quedó en el pasado. Se convirtió en ese pasado que te saca una sonrisa.

Por su puesto él no era un chico malo, solo otro adolescente con pantalones aguados y una perforación en la lengua, pero si es la razón me atraigan cierto tipo de chicos.


Esta canción me recuerda mucho a él,  porque mi compañera la ponía todo el día, mientras hacíamos tarea. Por cierto, de ella no recuerdo ni su nombre. 

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