Sin soportarlo más,
Adriel se dirigió a casa de Cirse. Me tendrá que oír, aunque no quiera, pensaba
mientras corría en su forma de lobo por el Bosque Encantado. La extrañaba mucho
y de verdad se arrepentía por haber confiado en Yul, aunque cierta parte de él
entendía porque enfrentó a Caperuza.
Durante semanas trató
de mantenerse alejado de ella, pero era imposible y podía jurar que la pequeña
bruja se sentía igual. Cuando por fin llegó, tocó la puerta varias veces, pero
nadie abrió, sin embargo, sabía que estaba ahí, la podía oler.
—Cirse, abre la
maldita puerta o la voy a tirar— gritó, pero no obtuvo respuesta.
Mientras meditaba en
sí irse o realmente derribar la puerta, Caperuza salió, se veía pálida y sólo
traía un bata roja cubriendo su cuerpo, aparte de que se veía recién salida de
bañarse.
—¿Qué quieres?
—¿Podemos hablar?—
Caperuza suspiró y se hizo a un lado para que el Lobo pudiera entrar a su casa.
Adriel podía notar la
hostilidad en ella, no lo veía a los ojos y evitaba cualquier tipo de roce
entre los dos.
Se sentaron en la
sala y él no pudo evitar recordar todas las veces que habían hecho el amor en
los sillones. No quería perderla. No iba a dejar que Caperuza se alejara de él.
—Cirse— empezó a
hablar—, perdón por lo de Yul. No debí confiar en él y no lo volveré a hacer.
Estaba preocupado por mi manada, son mi familia, debes entenderlo.
—Lo entiendo —ambos
se quedaron en silencio un momento—. ¿Es todo? Tengo cosas que hacer.
—¿De verdad eso es
todo?— dijo Adriel y se levantó furioso.
—No hagas eso…— le
pidió Caperuza, mientras se tomaba del brazo.
—¿Qué?— preguntó
mirándola— Quieres terminar todo y ni siquiera me ves a los ojos.
—¡Maldita se Adriel!
Deja de gritar y enojarte— gritó Caperuza, mientras se levantaba e iba a la
cocina—. Me siento mal y tú me pones peor.
—¡Tú me haces
enojar!— respondió mientras la seguía. Ella se dio la vuelta y con sus manos lo
aventó.
—¿Sabes qué me hace
enojar? Entiendo lo de la familia y que tuvieras dudas. ¿Crees que yo no las
tengo? ¡Eres un hombre lobo! Quieres algo y lo tomas. Tienes un carácter
horrible, por todo gruñes y todo lo quieres arreglar con violencia. ¡Todo lo
que evitó ser, lo eres tú! Pero, eres el alfa, no creo ni por un segundo que no
supieras como era Yul.
—Te juró— empezó a
decir, mientras la tomaba de lo hombros— que no sabía que él iba a hacer algo
así.
—Pero lo hizo. ¿Lo
castigaste o algo?— como alfa, Adriel tenía el derecho y la obligación de
castigar a sus subordinados— Lo que hizo fue traición.
—Todavía no regresó a
la manada— respondió soltandola—, pero si peleamos…
—¿Y lo hubieras
hecho? Si ya fueras el alfa la manada, ¿lo hubieras castigado?— él no supo qué
responder— No, no lo hubieras hecho.
—Cirse...
ZASLOVE, LA MALDITA ROJA
Derechos Reservados
Otro! Otro! Otro! Se me hicieron eternos los días! Me pone muy de buenas leerte de nuevo! ❤🙊
ResponderBorrarPerdón, tuve un show familiar inevitable! Pero hoy tiene por lo menos un nuevo capítulo.
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